Cantaba, bailaba, tenía mofletones, unos rizos rubios perfectos, ponía caritas... Hasta Vainica Doble le dedicó una canción, muchos años después. Fue el molde de todas las niñas prodigio que en el cine ha habido. Y ahora, la actriz y cantante Shirley Temple ha muerto a los 85 años, según ha informado la BBC.
Cualquiera sonreirá al pensar en Shirley Temple, la niña un poco repipi de 'La mascota del regimiento' o de 'Wee Willie Winkie'.
Los padres de Temple, gente de clase media de Santa Mónica, California, la apuntaron a escuelas de interpretación a los cuatro años. La cría tenía un nosequé irresistible y alguien la llevo al 'sistema', el método industrial de hacer películas que desarrolló Hollywood en los años 30. Primero, en las ligas menores (Educational Pictures), después en Fox, después en la Twentieth... Eran los años de la depresión, y Estados Unidos demandaba películas luminosas y dulces. Shirley era su chica.
Llegó su momento de esplendor, el periodo 1935-1937: 'Heidi', sus películas con Ford, las producciones de lujo (sus primeros años, Temple trabajó en precariedad)... Pero duró poco. Sus películas de 1940 fueron un fracaso comercial, se le escapó 'El mago de Oz' y, en 1942, sus padres la mandaron a un internado para que descansara unos meses y reiniciara su carrera.
Volvió menos rubia, con la voz cambiada y con menos estrella. Fracasó en su intento de estar a la altura de Garland y Mickey Rooney en un musical, se casó a los 17, fue madre a los 20 y, pese a 'Fort Apache', a los 21, ya era una vieja gloria que ya casi no volvió a trabajar ante una cámara (algo de televisión).
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